En la última sesión del Honorable Concejo Deliberante de Villa Gesell, se reconoció con entusiasmo una iniciativa presentada por estudiantes de la Escuela Secundaria N°2, en el marco del programa HCD Joven. El proyecto, que promueve la enseñanza de Lengua de Señas Argentina (LSA) en el ámbito educativo, fue declarado de interés legislativo.
La propuesta no sólo representa un ejercicio ejemplar de participación ciudadana por parte de los jóvenes, sino también un fuerte llamado a la empatía y la accesibilidad. “Es clave que las nuevas generaciones comprendan el valor de legislar para incluir. Este proyecto pone en agenda una necesidad concreta de nuestra comunidad”, destacó la concejala Chiara Grassi durante la sesión.
En Argentina, se estima que más de 900.000 personas viven con discapacidad auditiva, y alrededor de 300.000 utilizan la LSA como principal medio de comunicación. Esta lengua fue reconocida oficialmente como idioma viso-gestual en abril de 2023, mediante la Ley 27.710. Sin embargo, su presencia efectiva en las escuelas aún es limitada.
En Villa Gesell, existe una importante cantidad de personas hipoacúsicas y sordas que enfrentan barreras cotidianas para acceder a servicios básicos o simplemente comunicarse. Por eso, la posibilidad de que más personas –especialmente jóvenes y trabajadores del sector público– puedan aprender LSA representa un avance significativo en materia de derechos y empatía social.
Actualmente, el Municipio ofrece cursos gratuitos de Lengua de Señas, niveles 1 y 2, abiertos a toda la comunidad. Estas capacitaciones permiten que más geselinos y geselinas se formen en un lenguaje que derriba muros y construye inclusión.
La iniciativa presentada por los estudiantes propone fortalecer y ampliar ese camino, incorporando la LSA de forma progresiva en la currícula escolar. El objetivo es que aprender a comunicarse con personas sordas no sea una excepción, sino parte del sentido común colectivo.
Con este proyecto, Villa Gesell demuestra que la construcción de una sociedad más justa también comienza desde sus escuelas. Los jóvenes, una vez más, marcan el rumbo: educar para empatizar, y empatizar para incluir.